El secreto de Eric Liddell

En 1924, Eric Liddell era el mejor velocista y favorito para ganar la carrera de 100 metros en París. Unas pocas semanas antes de las Olimpiadas, se enteró de que las carreras preliminares estaban programadas para el domingo. Él tenía un problema. Creía que era erróneo realizar deportes en el día del Señor. Pero había entrenado la mayor parte de su vida para tal carrera. El Imperio Británico contaba con él para traer una medalla de oro. Las próximas semanas se disculpaba después de la comida cada noche, y horas después regresaba a casa muy cansado. Todos se preguntaban qué estaba haciendo, pero pensaban que ese era su régimen de entrenamiento. Unas pocas semanas después, el mundo descubrió su secreto. Él había estado practicando para un evento programado en otros días que requería un diferente tipo de velocidad y rendimiento. En la ceremonia final, recibió una medalla de oro, no como velocista, sino como campeón de la carrera de 400 metros.

—En Allen Webster (sine data), «Venciendo al Diablo en su propio juego» (Jacksonville, AL: House to House).