El predicador invitado

Un predicador había sido invitado a dar un sermón en otra congregación de su ciudad. Cuando llegó el domingo y el predicador invitado se paró en el estrado para dar su sermón, las únicas personas en el auditorio eran el predicador local y su familia.

El predicador invitado entonces preguntó desde el púlpito al predicador local: «¿Informaste a la congregación de que yo iba a predicar?». El predicador local respondió: «No; ¡pero voy a averiguar quién lo hizo!».

—Autor Desconocido