La Boca de Dios

Lectura bíblica recomendada: Mateo 4:1-4

Introducción

A. De todas las cosas que el Antiguo Testamento nos enseña, hay pocas que se enfaticen tan firmemente como la autoridad de la Palabra de Dios.

B. Dios dijo a Israel que ellos debían depender más de Su Palabra de lo que dependían de la comida, y para nosotros es provechoso aprender esta lección que ellos ignoraron.

Exposición

I. Dios quiere que aprendamos a vivir por medio de Su Palabra.

A. Esta es la lección fundamental que Él procuró enseñar a Israel en el desierto (Deuteronomio 4:32-40; 8:1-3; 11:1-9).

B. Hoy debemos aprender a vivir de todo lo que sale de la boca de Dios (Deuteronomio 8:3; Juan 6:32,49-50).

II. La boca de Dios siempre ha sostenido la vida.

A. La boca de Dios nos da vida (Génesis 2:7; Salmos 119:50; Juan 6:63).

B. La boca de Dios debería dirigir cada uno de nuestros movimientos (Números 9:22-23; 13:3; cf. Deuteronomio 1:26,42-44).

C. Deberíamos hablar solamente según la boca de Dios dicta (Números 22:18; 1 Reyes 22:14; Hechos 20:27).

D. La boca de Dios gobierna incluso nuestra muerte (Números 33:38; Deuteronomio 34:5).

E. Cuando el Día Final llegue, la boca de Dios pronunciará juicio (Juan 12:48; Apocalipsis 20:12; cf. Isaías 11:4; Apocalipsis 19:15).

Conclusión

A. Si la boca de Dios gobierna cada aspecto de nuestras vidas desde el principio hasta el final, entonces seremos estudiantes diligentes de la Biblia.

B. Nunca ha habido una promesa que haya salido de la boca de Dios y haya fallado, y nunca ha habido promesas más grandes que las que Él nos da hoy (Hebreos 8:6).