La Manera de Orar

Resumen

Cuando estudiamos la oración que Jesús nos dio como modelo, podemos descubrir la manera de mejorar nuestras oraciones.

— Lectura bíblica recomendada: Mateo 6:1-13

Introducción

I. Muchos versículos enfatizan la gran importancia de la oración (Lucas 6:12; 1 Tesalonicenses 5:17; 2 Tesalonicenses 3:1; 1 Timoteo 2:8; Santiago 5:16).

II. Cuando estudiamos en su contexto la oración que Jesús nos dio como modelo, podemos descubrir la manera de mejorar nuestras oraciones.

Exposición

I. ¿Qué hace la oración por nosotros?

A. Jesús dice que la oración produce recompensa (Mateo 6:6).

B. La oración puede producir bendición física (vs. 11).

C. Las bendiciones más grandes de la oración son espirituales, como el perdón (vs. 12), la protección del mal (vs. 13) y el sentido general de perspectiva.

D. Si su vida de oración no es lo que debería ser, ¡entonces está perdiendo grandes bendiciones!

II. ¿Qué podemos hacer para mejorar nuestras oraciones?

A. Primeramente, debemos realizar nuestras oraciones con el propósito de que Dios reciba la alabanza, no nosotros (vss. 5,9,13).

B. Una manera en que podemos poner a Dios primero es a través del perdón que ofrecemos a otros (vs. 12).

C. Otra manera es a través de actos anónimos de servicio y devoción (vss. 1-6,16-18; cf. Hechos 10:30-31).

D. Cuanto más “secretas” sean nuestras obras, más resplandecerán (vs. 22; 5:14,16).

Conclusión

I. Aunque la oración es una de las actividades más beneficiosas, enriquecedoras y fortalecedoras que puede realizar, no sentirá el deseo de practicarla si no se consagra a Dios.

II. Para tener mejores oraciones, primero necesitamos mejores corazones.