El regreso a casa de los desterrados

Resumen

Dios no quiere que permanezcamos en un estado de separación, sino ha dado a Su Hijo para que seamos reconciliados con Él.

— Lectura bíblica recomendada: 2 Samuel 14:14

Introducción

I. Algunas veces puede ser difícil entender el balance entre el amor de Dios y Su justicia.

II. Frecuentemente la gente sostiene los extremos opuestos de la «ley sin amor» y el «amor sin ley».

III. No se puede encontrar la verdad en estos extremos ya que un atributo de Dios no puede anular al otro.

IV. Esta lección se enfoca en el esfuerzo intenso de Dios de dar la bienvenida a casa a los que han sido desterrados por el pecado.

Exposición

I. El contexto: Los pecados de David, Amnón y Absalón.

A. El contexto de esta lección tiene que ver con el resultado trágico de los pecados de David.

B. Segunda de Samuel 11 registra el pecado grave de David con Betsabé y en contra de Urías.

C. Segunda de Samuel 12 registra la reprensión de Natán a David, la cual culmina con la profecía de que la espada nunca se apartaría de la casa de David (vss. 10-11).

D. Segunda de Samuel 13 registra la disfunción subsiguiente, en la cual el hijo de David, Amnón, viola a su media hermana Tamar, y Absalón (otro hijo de David) mata a Amnón.

II. Las consecuencias: El destierro.

A. El resultado de estos eventos trágicos es que David fue apartado de Absalón, quien huyó para salvar su vida (2 Samuel 13:34-39).

B. El corazón de David siempre extrañaba a su hijo (2 Samuel 13:37-14:1).

III. La conciliación: El corazón conciliatorio de Dios.

A. Al ver el dolor de David, Joab hizo planes de hacer regresar a Absalón (2 Samuel 14).

1. Una viuda de Tecoa llegó donde David con una historia en cuanto a la pelea de dos de sus hijos en que uno mató al otro (vss. 4-11).

2. El vengador de la sangre debía matar al homicida, pero esto la dejaría destituida y al esposo sin heredero (vss. 6-11).

3. David tuvo misericordia de su hijo y garantizó su perdón (vs. 11).

4. La mujer entonces preguntó por qué el rey haría tal provisión por su hijo, pero no por su propio hijo, por ende, garantizando el perdón de Absalón (vss. 12-17).

B. Nosotros necesitamos recordar que «Dios [no] quita la vida, sino que provee medios para no alejar de sí al desterrado» (2 Samuel 14:14).

Conclusión

I. Aunque nuestros pecados nos separan de Dios, no es Su deseo que permanezcamos en tal estado.

II. Él dio a Su Hijo santo para que los pecadores sean reconciliados con Él (2 Corintios 5:14-21).

III. ¿Por qué permaneceremos en destierro si Él ha hecho tanto para reconciliarnos?