El Dios de Toda Consolación

Resumen

A diferencia del consuelo fugaz que este mundo ofrece, el consuelo de Dios es perdurable y nunca puede ser arrebatado.

Lectura bíblica recomendada: 2 Corintios 1:3

Introducción

I. Cuando Jesús dijo a Sus discípulos que iba al Padre, les prometió enviarles un Consolador (Juan 14.16,26).

II. Cuando Pablo experimentó tantos problemas que aun perdió “la esperanza de conservar la vida” (2 Corintios 1:8), todavía pudo encontrar consuelo.

III. ¿Dónde podemos encontrar consuelo en este mundo turbulento?

Exposición

I. Podemos encontrar consuelo en la fortaleza de Dios.

A. Hay momentos en que debemos recordar cuán débiles somos (2 Corintios 1:8-9; 5:1-2; 12:9).

B. Aunque no podemos salvarnos a nosotros mismos, Dios puede hacerlo (2 Corintios 10:4; 1:9-10; Colosenses 1:13; 1 Tesalonicenses 1:10; 2 Timoteo 4:16-18).

C. Es incluso más impactante el hecho de que Dios pueda usarnos (Hechos 9:15; 2 Corintios 4:6-10).

II. También podemos encontrar consuelo en la Palabra de Dios.

A. Obviamente Pablo encontró consuelo en las Escrituras (Romanos 15:4; cf. 1 Tesalonicenses 4:18).

B. Podemos encontrar consuelo en las promesas de Dios (Hechos 18:9-10; 23:11; 27:23-25; 2 Corintios 7:1; 1 Timoteo 4:8).

C. Tal vez el más grande consuelo de todos es la promesa del cielo (2 Corintios 5:1; Apocalipsis 21:4).

D. Nosotros podemos vencer las tempestades de la vida (Mateo 7:24-27).

Conclusión

I. A diferencia del consuelo fugaz del mundo, el consuelo que Dios provee no puede ser arrebatado.

II. Si desea saber lo que es el verdadero consuelo, venga a Jesús, y Él dará descanso a su alma afligida (Mateo 11:28-30).