Débora: Una madre en Israel

Resumen

Débora es un ejemplo bíblico que muestra que «ninguna nación puede elevarse por encima de las mujeres en medio de ella».

— Lectura bíblica recomendada: Jueces 5:6-7

Introducción

I. Débora libertó a Israel de los opresores cananeos y guio al pueblo a cuarenta años de paz en la tierra.

II. Hay mucho que podemos aprender al estudiar la vida de esta mujer piadosa.

Exposición

I. Un tiempo desalentador en Israel.

A. Durante este tiempo hubo seis ciclos de apostasía, castigo, arrepentimiento y liberación.

B. La canción de Débora y Barac presenta la verdad terrible de la decadencia de Israel (Jueces 5:4-8).

C. La razón principal de tal decadencia fue el liderazgo deficiente.

II. El carácter piadoso de Débora.

A. Ella ya era una profetisa en Israel antes de su llamado (Jueces 4:4-5).

B. Su fe y fidelidad eran evidentes (Jueces 4:6-9).

1. Después de veinte años de opresión, ella sola se puso de pie para dar libertad a Israel.

2. Ya que otros confiaron mucho en ella, se puede concluir que su aptitud habrá sido muy evidente (Jueces 4:8,14).

3. Debido a esto, ella llegó a ser considerada «madre en Israel» (Jueces 5:7).

C. Ella siempre dio la gloria a Dios (Jueces 4:14; 5:9).

III. La aplicación para el tiempo presente.

A. Si se tiene en cuenta la manera baja en que el mundo antiguo consideraba a las mujeres, se puede decir con seguridad que el llamamiento de Débora no tiene comparación alguna.

B. Ella probó que la grandeza verdadera se encuentra en la piedad verdadera.

C. Los hombres cristianos debemos cumplir nuestros roles (1 Timoteo 2:8; cf. 11-15; Efesios 5:22).

D. Nosotros también debemos respetar y apreciar el rol de las mujeres cristianas.

Conclusión

I. Se ha dicho de manera correcta: «Ninguna nación puede elevarse por encima de las mujeres en medio de ella. Ninguna iglesia puede ser más fuerte que las mujeres que instruyen a sus hijos en el camino que deben seguir. Ningún hogar puede ser mejor que las madres que mecen la cuna dentro de sus paredes. Dios creó a la mujer como ayuda idónea para el hombre, y las mujeres dignas han asumido bien este rol a través de los siglos».

II. Te damos gracias, Dios, por las mujeres que hoy están dispuestas a asumir este rol.