¿«Puede pecar» o «no puede pecar»?

Resumen

El cristiano no es perfecto, pero ha determinado dejar la práctica del pecado en su esfuerzo de hacer la voluntad de Dios.

Los que no creen en la inspiración de la Biblia comúnmente señalan los pasajes que, superficialmente, parecen contradecirse. A menudo, se puede resolver la contradicción aparente al considerar el lenguaje original en el cual el Espíritu Santo escogió expresar Su mensaje. Un concepto en 1 Juan que parece ser confuso puede ser clarificado al conocer algo del lenguaje original. Juan escribió lo siguiente en 1 Juan 1:8-10:

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

Estas palabras no son una sorpresa, ya que la mayor parte de la gente reconoce que no es perfecta; de hecho, hemos pecado muchas veces. Pero cuando se lee 1 Juan adicionalmente, encontramos el siguiente enunciado algo extraño:

Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido… Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios (3:6,9).

El escéptico puede concluir fácilmente que la Biblia se contradice—o al menos, que Juan lo hizo.

Sin embargo, en el griego, el tiempo generalmente hace referencia a la «clase de acción», la cual puede ser lineal o puntilineal. «Lineal» hace referencia a una acción continua, mientras que «puntilineal» hace referencia a un punto de acción, un evento singular. El verbo traducido como «no hemos pecado» (un indicativo activo perfecto) en el capítulo 1 hace referencia a un punto de acción en el pasado. Juan estaba diciendo que los cristianos pecan, pero que cometen actos de pecado aislados e infrecuentes ya que no viven bajo el gobierno del pecado, y ya que constantemente se arrepienten y confiesan sus pecados (vs. 9).

Por otra parte, el capítulo 3 usa un presente indicativo de acción continua. Hace referencia a un pecado continuo y habitual impenitente, en el cual el pecado gobierna la vida de la persona como en su estado precristiano. Juan no se contradijo. Él simplemente enfatizó el hecho de que los cristianos no son perfectos. Nosotros cometemos errores como todos los demás lo hacen. No obstante, ya que hemos cambiado nuestra manera de pensar (el significado del «arrepentimiento») en cuanto a nuestro estilo de vida precristiano, hemos escogido voluntariamente abandonar el comportamiento pecaminoso que caracterizaba nuestras vidas cuando no éramos cristianos. Pero los que no han llegado al cristianismo, no tienen motivación para resistir el pecado y esforzarse diariamente para eliminarlo de su mente y vida.