¿Por qué algunas versiones bíblicas no contienen el final de Hechos 9:5 y el comienzo de 9:6?

Resumen

La diferencia de lectura en Hechos 9:5-6 de ninguna manera afecta negativamente la fidelidad del autógrafo bíblico.

Pregunta

«He notado que algunas versiones bíblicas no contienen la parte final de Hechos 9:5 y el comienzo de Hechos 9:6. ¿Por qué?».

Respuesta

En cuanto a esta pregunta, primero se debe entender que la diferencia fundamental en estos versículos (como en muchos otros del Nuevo Testamento) se relaciona a los textos griegos que las versiones usan. La mayoría de las versiones modernas siguen el Texto Crítico, el cual no contiene el final de Hechos 9:5 y el comienzo de 9:6: «dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo». Por ende, tales versiones reflejarán la lectura corta en estos versículos. Por otra parte, las versiones más antiguas, específicamente las ediciones de la Reina Valera, siguen el Texto Recibido, el cual contiene la lectura más larga. De hecho, de diecinueve versiones consultadas en español, solamente siete contienen la lectura larga, y todas las siete están conectadas a la Versión Reina Valera.[1]

Sin embargo, la decisión a favor de la inclusión u omisión de tales cláusulas en Hechos 9:5-6 no se determina por el número de versiones que las incluyen o no, sino por la evidencia manuscrita. En su comentario textual del Nuevo Testamento griego, Bruce M. Metzger señaló que, hasta donde se sabe, no hay testimonio griego que contenga estas cláusulas en estos versículos.[2] Hace algo de doscientos años atrás, Adam Clarke ya había señalado lo mismo;[3] y para finales del siglo XIX, debido a la ausencia del testimonio griego y la pobreza del testimonio patrístico y de las versiones, las clausulas ya eran «omitidas por todos los editores modernos».[4]

Pero entonces, ¿cómo llegaron a ser incluidos estos enunciados en el Texto Recibido? Los eruditos están generalmente de acuerdo en que las cláusulas son una interpolación de Hechos 26:14 (para el final del versículo 5) y Hechos 22:10 (para el comienzo del versículo 6), y que el «pasaje espurio se introdujo en el Texto Recibido cuando Erasmo lo tradujo de la Vulgata Latina al griego y lo insertó en su primera edición del Nuevo Testamento griego».[5] Como Frederick F. Bruce ha sugerido, ya que el texto aparece en algunos códices antiguos y de la Vulgata, Erasmo pudo haber pensado que «las palabras habían sido omitidas accidentalmente del texto griego, [y por ende] las tradujo de vuelta al griego del N. T.».[6]

La evidencia parece favorecer la conclusión de que estas cláusulas omitidas en las versiones modernas no son genuinas en Hechos 9:5-6, aunque si lo son en Hechos 26:14 y 22:10. Aun así, este no sería un asunto de contradicción o error bíblico, sino un asunto relacionado a la colocación adecuada de estos enunciados en el texto sagrado. La diferencia de lectura en estos versículos de ninguna manera afecta negativamente la fidelidad del autógrafo bíblico.

[1] Las que contienen la lectura larga son la JBS, SRV-BRG, RVA, RVC (entre corchetes) y la RVR de 1960, 1977 y 1995. Las que no la contienen son la DHH, LBLA, NBLA, NBV, NTV, NVI, CST, PDT, BLP, BLPH, TLA y la RVA-2015 (una actualización de la Reina Valera Actualizada basada en la RVA de 1909, pero que favorece al Texto Crítico).

[2] Vea Bruce M. Metzger, Un comentario textual del Nuevo Testamento griego [A textual commentary on the Greek New Testament], 2.ª ed. (Alemania: Sociedad Bíblica Alemana, 1994), 318.

[3] Vea Adam Clarke, Comentario de Clarke: Mateo-Hechos [Clarke’s commentary: Matthew-Acts] (Nashville, TN: Abingdom Press), 5:748.

[4] Henry D. M. Spence y Joseph S. Exell, eds., El comentario del púlpito [The pulpit commentary] (Nueva York: Funk & Wagnalls, 1899), 41:282.

[5] Metzger, Un comentario, 318.

[6] Frederick F. Bruce, El libro de los Hechos [The book of the Acts] (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1988), 182, n. 11.