Mercadería del Evangelio

Resumen

Es adecuado recibir sostenimiento razonable por la predicación, pero ahora es común hacer un negocio del Evangelio.

Las Escrituras enseñan claramente que el que labora extensamente en estudiar y enseñar el Evangelio, por ende privándose de un ingreso regular, tiene el derecho de ser sostenido financieramente por aquellos a quienes imparte instrucción. Esto es su “derecho” (1 Corintios 9:4-6), y esto es la “responsabilidad” de sus estudiantes. Pablo dedicó una parte considerable del capítulo nueve de 1 Corintios a establecer el punto del sostenimiento ministerial. Aunque brevemente, se aborda el mismo punto en la epístola a los Gálatas (6:6).

Una cosa es recibir un nivel razonable de sostenimiento por el trabajo que se realiza; pero otra cosa completamente diferente es que hombres (y mujeres) hagan “mercadería” de la gente (2 Pedro 2:3), o en otras palabras, que “exploten” a la gente. El renombrado erudito D. Edmond Hiebert una vez observó que a tales charlatanes no les interesa el bienestar de las ovejas; en cambio, ¡su propósito es trasquilarles su lana! Tales individuos “toman la piedad como fuente de ganancia” (1 Timoteo 6:5). Desafortunadamente, hay algunos que usan el “evangelio” como una manera de llenar sus propios bolsillos. Dos casos han generado interés considerable.

[Nota del Editor: Los ingresos/información en cuanto a los siguientes “tele-evangelizadores” y sus ministerios se basan en cifras para comienzos del cambio de siglo; no se ha actualizado las cifras para conservar la integridad del artículo original. Tales cifras son conservadoras en comparación a las actuales. Si el lector desea información más reciente, puede hacer una búsqueda rápida en el internet].

John Hagee

Primero, tenemos el caso de John Hagee, un “pastor” extravagante de la Iglesia Cornerstone en San Antonio, Texas. Hagee habla a miles cada semana por medio de su cadena Evangelismo Global que tiene acceso a 127 estaciones de televisión y 82 estaciones de radio a través de los Estados Unidos. Las posiciones doctrinales del “pastor” Hagee se encuentran en conflicto con las enseñanzas del Nuevo Testamento en cuanto a muchos temas particulares. Sin embargo, en ocasiones presenta algunas lecciones dignas contra la corrupción moral que ha asaltado a los Estados Unidos.

La empresa Hagee produjo más de $18 millones en ingresos en 2001. El salario personal de Hagee para ese año fue de más de $1.25 millón—según un artículo publicado en el sitio web del periódico San Antonio Express-News. Las propiedades de Hagee incluyen una casa de seis dormitorios en San Antonio (valorada en alrededor de $688,900) y una hacienda de 7,696 acres valorada en algo de $2.1 millones.

Adicionalmente, la esposa de Hagee, Diana, también cobra un salario anual de aproximadamente $127,000 del ministerio Cornerstone/GETV. ¿Es esto por lo cual la gente que trabaja duramente sacrifica su dinero para apoyar?

Joyce Meyer

Una periodista simpatizante ha descrito a Joyce Meyer como la mujer predicadora que “suena como una camarera ronca en un restaurante barato”.[1] Esta versión femenina de Hagee (en oposición a 1 Timoteo 2:12), que labora en Fenton, Missouri, amonesta a sus discípulos a no “amar las posesiones”. Ella quiere que su pueblo “devuelva su prosperidad a Dios”—que idealmente, debe hacer una escala a través de ella.

Joyce y su esposo, Dave, viven en una casa de 7,000 pies cuadrados (de ocho dormitorios y siete baños) valorizada en $521,000. No está mal para estar en Fenton, Missouri. Ella se pasea por el pueblo en su auto deportivo plateado Lexus de $62,000 (un regalo de uno de sus seguidores).

Como jefe de los “Ministerios Joyce Meyer”, preside un imperio televisivo de $57 millones. Sus transmisiones alcanzan a 2,500 millones de personas en más de 400 estaciones de televisión y 300 estaciones de radio. Se esperaba que en una de sus campañas en Detroit la asistencia llegara a algo de 40,000 personas. En algunas de sus reuniones cobra un pago de inscripción de $50 por persona. Nada mal para presentaciones que, en gran parte, representan una comedia con pocas intercalaciones de escrituras (de las cuales una parte considerable se aplica incorrectamente).

No es una sorpresa que el “cristianismo” tenga un mal nombre entre muchos que ven que algunos de estos publicitarios están más interesados en el “efectivo” del “evangelio” que en la eficacia del Evangelio de Aquel que no tenía donde recostar Su cabeza.

Cristo vs. el Comercialismo Corrupto

No hay lugar en las Escrituras donde se muestre más la ira de Jesús que en Su confrontación con los líderes religiosos que explotaban a la gente en el nombre de Dios. En dos ocasiones arrojó del templo a aquellos que se burlaban de la gente común bajo el disfraz de la “espiritualidad” (Mateo 21:12-17; Marcos 11:15-19; Lucas 19:45-48). Dos clases de engañadores recibieron Su ira: aquellos que compraban y vendían animales para sacrificios, y aquellos que cambiaban monedas griegas y romanas (con sus imágenes de ídolos) por monedas aceptables en el templo—con precios extravagantes por los servicios. William Barclay observó que esto “era una injusticia evidente y desvergonzada—y lo que era peor, se cometía esto en el nombre de la religión”.[2]

La adquisición de riquezas extravagantes bajo el engaño de “laborar” a favor de Cristo ha llegado a ser una mancha para la imagen del “cristianismo” en los Estados Unidos y el mundo entero; y no hay razón para creer que el abuso menguará. Como Pablo escribió, “raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos [ministros], se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Timoteo 6:10).

Una Palabra Final de Precaución

Se debe incluir aquí una nota de advertencia para cada predicador genuino. Los predicadores deben ser especialmente cuidadosos de la manera en que se involucran en los fondos de la iglesia. Una sola persona no debe “mantener las cuentas”, sin brindar información a hermanos responsables. Los ancianos deben supervisar las finanzas, o cuando no haya ancianos, una pluralidad de hermanos fieles. Esta es la manera prudente de proteger la reputación personal de las acusaciones de deshonestidad, y proteger a la iglesia del abuso o la incompetencia.

El cristiano se esforzará en procurar “lo bueno delante de todos los hombres” (Romanos 12:7). Sería conveniente que se estudie el ejemplo de Pablo en cuanto a la administración y disposición de los fondos de la iglesia (2 Corintios 8:20et.seq.). El uso indebido de los fondos de la iglesia es un problema que ha afectado a muchas congregaciones; oír las palabras del apóstol debería ser suficiente para evitar tal problema.

Referencias

[1] Taylor, Kimberly (2003), “Su Ministerio Alcanza a Millones” [“Her Ministry Reaches Millions], Religion News Blog, http://www.religionnewsblog.com/4387/her-ministry-reaches-millions.

[2] Barclay, William (2001), La Nueva Biblia de Estudio Diario: El Evangelio de Juan [The New Daily Study Bible], (Louisville, KY: John Knox).