Los fondos para el trabajo de la iglesia

Resumen

Cada congregación puede decidir cómo usar sus fondos, siempre y cuando corresponda con la misión de Dios para Su iglesia.

Pregunta

«Me gustaría saber en cuanto a la manera en que la iglesia decide usar los diezmos u ofrendas. ¿Hay alguna forma establecida de distribuir este dinero, o determina cada iglesia la manera de usar tal dinero?».

Respuesta

En vez de un «diezmo» o un 10% estricto, el Nuevo Testamento manda la ofrenda voluntaria en el primer día de cada semana. Esta ofrenda debe representar la prosperidad del dador.

En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado (1 Corintios 16:1-2).

Adicionalmente, la ofrenda es según lo que el dador propone en su corazón, pero se exhorta a la ofrenda generosa.

[E]sto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre (2 Corintios 9:6-7).

Algunas de las razones por las cuales se recogen ofrendas incluyen la benevolencia (Romanos 15:25) y el sostenimiento de los predicadores del Evangelio (1 Corintios 9:3-14). Cualquier esfuerzo que corresponda a la misión bíblicamente designada de la iglesia puede recibir el apoyo monetario de la ofrenda semanal. Básicamente, la misión de la iglesia es triple: la edificación (1 Corintios 14:12), la benevolencia (Gálatas 6:10) y el evangelismo (Marcos 16:15-16).

Cada congregación de la iglesia del Nuevo Testamento fue independiente de otras congregaciones, y cuando estaba organizada completamente, era guiada por ancianos calificados (Hechos 14:23; Tito 1:5-9). Ya que la Biblia no especifica alguna cantidad particular o porcentaje para cada misión de la iglesia, entonces cada congregación puede decidir en cuanto a la manera de distribuir sus fondos, siempre y cuando aquello en que se emplee el dinero corresponda con la misión bíblica de la iglesia del Señor. Lo que no es parte de la misión de la iglesia del Señor (e. g., el entretenimiento, los proyectos comerciales, etc.) no debería recibir los fondos de la iglesia del Señor ya que no hay autoridad divina para tales cosas con relación a la misión de la iglesia.