Familias Disfuncionales en Génesis: Una Esposa para Isaac

Resumen

Hoy los padres no escogemos a los cónyuges de nuestros hijos, pero podemos instruirlos para hacer una buena elección.

¿Qué consejo daría a un joven cristiano en cuanto a las citas? ¿Solamente cita a alguien con quien quisieras casarte? Tiene sentido. Después de todo, el propósito de las citas es el matrimonio, ¿no lo cree? ¿Con quién se quisiera casar un cristiano fiel? Espero que la respuesta sea obvia. ¿Pero cómo puede encontrar un cristiano a la persona correcta? La respuesta es fácil: siguiendo el consejo de Dios. Si se quiere evitar un matrimonio tambaleante o una familia disfuncional, se debe aprender a distinguir lo bueno de lo malo. Dios hace esto. Antes de comenzar el periodo de las citas, se debe determinar que solamente se citará a alguien que ame a Dios y evite lo malo. El libro de Génesis provee una oportunidad excelente para estudiar la importancia de hacer distinciones. Yo llamo a esto “el principio de la distinción”.

Moisés escribió Génesis durante los 40 años en el desierto. Los hijos de Israel estaban recuperándose de la esclavitud tiránica de Egipto. Ellos necesitaban recordar Quién era Dios y quiénes eran ellos. Génesis provee la historia inspirada del comienzo de Israel y la manera en que Dios preservó a este pueblo. Él hizo distinciones, separando lo bueno de lo malo. De hecho, Génesis termina con la entrada de Israel a Egipto. Por siglos, ellos fueron un pueblo especial en medio de sus anfitriones paganos.

Génesis fue un recordatorio para Israel de la manera en que Dios y sus antepasados hicieron distinciones. Ellos aprendieron esto desde el primer capítulo. Dios mismo es distinto a la creación ya que Él es el Creador. Él separó la luz de las tinieblas, las aguas arriba de las aguas abajo, y la tierra del mar. En el sexto día, creó a la primera pareja humana según Su imagen, una creación distinta a las demás. El texto indica dos maneras en que los humanos son como Dios: el gobierno y la unidad. Dios delegó a ellos el dominio sobre el reino animal. Además, esta pareja podía llegar a ser una carne en el matrimonio y producir hijos. Solamente la unión heterosexual puede reflejar la imagen y gloria de Dios.

Génesis muestra dos ejemplos en que se hizo distinción en cuanto al matrimonio. En Génesis 6, los hijos de Dios hicieron una elección terrible y se casaron con las hijas de los hombres. El resultado de esta mezcla de lo bueno con lo malo fue maldad intensa. Ya que Dios no pudo soportar la maldad, envió un gran diluvio. No puede existir comunión entre la luz y las tinieblas (cf. 2 Corintios 6:14).

La segunda historia se encuentra en Génesis 24 y se relaciona al amado Abraham. Abraham entendió el principio de la distinción. Él comisionó a su siervo principal a buscar una esposa para Isaac: “Pon ahora tu mano debajo de mi muslo, y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito; sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac” (vss. 2-4). Abraham sabía que los cananeos no adoraban al Dios verdadero. [Siglos después, Dios prohibió a Su pueblo que se casara con los cananeos con el fin de que no fuera guiado a adorar a dioses falsos (Éxodo 34:15-16; Deuteronomio 7:3-5)]. Abraham hizo distinción entre los cananeos y su familia. Él quiso proteger a Isaac, su hijo prometido. Además, Abraham transmitió este principio a Isaac, quien a su vez instruyó a sus hijos Jacob y Esaú a no tomar esposas de entre las mujeres cananeas (Génesis 27:46; 28:6-9). Sin embargo, Esaú no siguió el consejo, y sus elecciones causaron gran disfunción familiar (26:34-35; 36:2).

Los matrimonios concertados en la cultura de Abraham fueron diferentes a nuestros matrimonios. Desde luego, nosotros no escogemos al cónyuge de nuestros hijos, como la providencia de Dios escogió a Rebeca (Génesis 24:15). Pero los padres todavía pueden “concertar” el matrimonio de sus hijos al orar por ellos. Pueden enseñarles a escoger lo bueno y evitar lo malo. ¿Guiará a sus hijos la elección de un cónyuge al cielo o al infierno?