¿Qué Es un Pastor?

Cuando la mayoría de gente religiosa piensa en la palabra “pastor”, tiene en mente al líder principal de una congregación o de cierta sección de una congregación. Ellos pueden pensar en el “pastor de jóvenes” que organiza viajes, devocionales y fomenta la participación en el grupo de adolescentes o jóvenes. O pueden pensar en el “pastor de púlpito” que está encargado de la mayor parte de la predicación, o el “pastor asociado” que realiza la mayor parte de visitas al hospital. Independientemente de la idea que tenga en cuanto a un pastor, debe meditar en esta pregunta importante: “¿Es la descripción bíblica de un pastor la misma que mi idea de un pastor?”. Exploremos lo que la Biblia dice en cuanto a los pastores.

Se puede encontrar el término “pastor” en Efesios 4:11: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros”. Se traduce esta palabra del griego poimen, que significa “pastor” o una persona que cuida ovejas (Danker, et.al., 2000, p. 684). Se usa esta palabra para describir a los pastores en la historia del nacimiento de Jesús en Lucas 2:8. Pero también tiene un significado general que incluye la idea de pastores espirituales que supervisan un rebaño de “ovejas” o cristianos, como se usa en Efesios 4:11. El apóstol Pedro expandió esta idea del pastorado espiritual cuando escribió: “Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos…: Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella... Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria” (1 Pedro 5:1-4). En Hechos 20, leemos que Pablo, “[e]nviando, pues, desde Mileto a Éfeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia” (vs. 17). Mientras les daba instrucciones, dijo: “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” (20:28). De estas referencias podemos entender que se usa el término “pastor” para describir a un supervisor espiritual de la iglesia del Señor. La palabra “pastor” es una transliteración del latín, y se originó debido a la discusión bíblica en cuanto a los líderes espirituales en la iglesia primitiva.

Sin embargo, es interesante notar que hay un grupo específico de líderes a quienes se instruye a “pastorear” el rebaño de Dios. De 1 Pedro 5 y Hechos 20, aprendemos que los “ancianos” de la iglesia eran los que debían “apacentar” o “supervisar” el rebaño. Si este es el caso, entonces, ¿qué dice la Biblia en cuanto a los ancianos? La Biblia provee referencias muy claras en cuanto al oficio espiritual de los “ancianos”. En Tito 1:5, el apóstol Pablo explicó a Tito: “Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé”. La palabra que se traduce “ancianos” viene del término griego presbuteros. Aunque se usa esta palabra simplemente para describir a aquellos que son mayores en contraste a los jóvenes, también se usa para describir un oficio espiritual que ejercen los que pastorean la iglesia. Esto se confirma por el hecho que se instruyó a Tito que estableciera “ancianos en cada ciudad”, y Pablo proveyó una lista detallada de requisitos para esos “ancianos” que incluía más que simplemente la edad. Así que podemos saber que un pastor era lo mismo que un “anciano”, y que su oficio era supervisar espiritualmente a una iglesia local (en cada ciudad).

Lo que también puede ser una sorpresa para algunos es que el término “obispo” también está enlazado a los términos “anciano” y “pastor”. En 1 Timoteo 3:1-7, Pablo dio una lista de requisitos similar a la que se encuentra en Tito, pero comenzó declarando: “[E]s necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer” (vs. 2). El término “obispo” viene del griego episkopos, que significa “supervisor” (Danker, et.al., p. 299). Recuerde que en Hechos 20:28, Pablo hizo llamar a los ancianos de la iglesia en Éfeso, y explicó que ellos debían apacentar el rebaño en el cual el Espíritu les había puesto por “obispos”. Cuando regresamos a Tito, vemos que Pablo instruyó a Tito a nombrar ancianos, y luego, después de presentar algunos requisitos, declaró: “Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios” (1:7). Otra vez, aquí la Biblia usa estos términos para hablar del mismo oficio. Por tanto, los ancianos o pastores eran los obispos (supervisores) de la iglesia. La Biblia no describe esto como oficios separados, sino todas estas palabras describen a los mismos líderes, y simplemente nos dan descripciones sutiles de lo que realizan como líderes espirituales—como en el caso de los pastores que apacientan el rebaño.

Si el Nuevo Testamento usa los términos “ancianos”, “pastores” y “obispos” para hablar del mismo oficio espiritual, ¿qué significa esto para la iglesia del Señor hoy? Primero, indica que cualquiera que sea un “pastor” u “obispo” debe cumplir los requisitos para este oficio que Tito y 1 Timoteo listan. Estas listas presentan rasgos claros de personalidad y situaciones de vida que todos los que “aspiran” al pastorado u obispado deben tener para supervisar espiritualmente a la iglesia del Señor. Sin involucrarnos en una discusión larga de cada punto en las listas, podemos entender la razón por la cual un “anciano” u “obispo” no debe amar el dinero, ser adicto al alcohol o ser violento.

Es cierto que la gente puede escoger nombrar a cualquier “líder espiritual” y llamarle como quiera; es decir, ¿no pudiera un grupo religioso nombrar a jóvenes alcohólicos que aman la pelea y que son codiciosos para ser sus líderes espirituales y usar los términos “ancianos” o “pastores para describirles? Podría hacerlo, pero eso no les haría “pastores” según la descripción del Nuevo Testamento. Note que en Hechos 20:28, Pablo dijo a los ancianos efesios que el Espíritu Santo les había puesto como ancianos. ¿Cómo sucede esto ahora? Ya que sabemos que toda la Escritura es inspirada por Dios (2 Timoteo 3:16-17), y que los escritores bíblicos como Pedro y Pablo fueron inspirados cuando escribieron los libros del Nuevo Testamento (2 Pedro 3:16; 1 Tesalonicenses 2:13), entonces podemos concluir que para que el “Espíritu Santo establezca” pastores hoy, ellos deben cumplir los requisitos encontrados en el Nuevo Testamento del Espíritu. El simple hecho de que un grupo de personas haga referencia a alguien como “obispo” o “pastor” no significa que esa persona realmente cumpla los requisitos del Nuevo Testamento en cuanto a un obispo o pastor.

Al observar más detenidamente los requisitos para los pastores (obispos, ancianos, supervisores), podemos ver que muchas personas a quienes se les llama “pastores” u “obispos” no califican como tales según el Nuevo Testamento. Por ejemplo, Pablo dijo a Timoteo que “el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer” (1 Timoteo 3:2). También indicó a Tito que un hombre podía ser nombrado como anciano (u obispo) si era “irreprensible, marido de una sola mujer” (1:6). Note que uno de los primeros requisitos mencionados para que una persona sea un supervisor espiritual de la iglesia del Señor es que esté casado con una mujer. ¿Cumplen este requisito muchos de los “pastores” en la actualidad?

Cuando llega a ser aparente que muchos que son llamados “ancianos”, “pastores” u “obispos” en ciertos grupos religiosos no cumplen los requisitos inspirados por el Espíritu Santo, frecuentemente se intenta “ajustar” los requisitos. Por ejemplo, se dice que realmente no es necesario que un pastor sea marido de una mujer; está bien si es soltero. Se dice que “los requisitos” no son tan estrictos al punto de excluir de este oficio a los hombres solteros o incluso a las mujeres. Hay un problema obvio con este tipo de razonamiento: ¿Cuáles de los requisitos se puede omitir? ¿Declararían tales grupos religiosos que sería aceptable tener un obispo codicioso, o un anciano alcohólico, o un pastor violento? Como puede ver, cuando los seres humanos comienzan a emendar la lista de requisitos a su propio gusto, entonces dejan de usar los requisitos del Espíritu Santo para nombrar a obispos y ancianos, y en cambio, usan una lista creada o editada humanamente y sin guía divina.

El estudio del uso del término “pastor” en el Nuevo Testamento nos ayuda a llegar a otra conclusión bíblica interesante. En cada referencia al oficio de pastores (obispos, ancianos, supervisores), vemos que el Nuevo Testamento hace referencia consistentemente a una pluralidad de estos líderes espirituales en cada iglesia. En Tito 1, Pablo dijo que el joven predicador debía establecer “ancianos [plural] en cada ciudad” (vs. 5). Pedro escribió: “los ancianos [plural] que están entre vosotros” (1 Pedro 5:1). En Hechos 20 vemos que Pablo “hizo llamar a los ancianos [plural] de la iglesia” (vs. 17). Hechos 14:23 explica que Pablo y Bernabé “constituyeron ancianos [plural] en cada iglesia”. En ningún lugar del Nuevo Testamento se encuentra la idea de un único líder espiritual que supervisa a la iglesia o congregación del pueblo del Señor. Como J.W. McGarvey señaló, “[n]o hay proposición en referencia a la organización de las iglesias primitivas en la cual los eruditos y críticos estén más perfectamente de acuerdo que en el hecho que cada iglesia organizada completamente tenía una pluralidad de Ancianos” (1950, p. 66).

Al comparar la idea bíblica de un pastor con lo que encontramos en muchos grupos religiosos modernos, descubrimos que la Biblia y tales grupos presentan ideas opuestas. La descripción bíblica de un pastor es de un líder espiritual que reúne los requisitos y que trabaja en unión con otros pastores que reúnen los mismos requisitos para pastorear la iglesia de Dios de la cual han sido nombrados como supervisores. ¿Corresponde su idea de un pastor con el enfoque bíblico? ¿Tiene el grupo religioso con el cual está asociado una organización bíblica adecuada para su liderazgo espiritual? Si no es así, ¿no sería sabio que comience a buscar una congregación de la iglesia del Señor que tenga pastores que el Espíritu Santo ha establecido para supervisar el rebaño?

Referencias

Danker, Frederick, et.al. (2000), Lexico Griego-Inglés del Nuevo Testamento [Greek-English Lexicon of the New Testament] (Chicago, IL: University of Chicago).

McGarvey, J.W. (1950), El Ancianado [The Eldership] (Murfreesboro, TN: Dehoff Publications).