¿Qué acerca de las “Experiencias Fuera del Cuerpo”?

Cuando la civilización se aleja de sus fundaciones cristianas, muchas ideas extrañas, confusas y supersticiosas se infiltran en la sociedad. Especialmente con el resurgimiento de lo oculto en los Estados Unidos en los últimos 50 años y los esfuerzos de Hollywood de fomentar la credibilidad en los “fantasmas”, el exorcismo y la astrología, muchos norteamericanos han llegado a creer en tales ilusiones. Un resultado ha sido la creencia extendida en “experiencias fuera del cuerpo”. Incluso entre cristianos que de otra manera piensan correctamente, muchos han llegado a creer que una persona puede “morir” (como la línea plana en el monitor “evidencia”), y que su espíritu puede dejar momentáneamente su cuerpo y luego regresar, permitiendo que la persona recobre sentido y viva para contar su experiencia. A menudo las historias incluyen túneles con luces brillantes al final, sentimientos de calidez y confirmación, sensación de flotar en el aire mientras se observa al personal de operación, etc. ¿Son tales experiencias pruebas de que tales personas realmente murieron y dejaron sus cuerpos y regresaron otra vez?

El examen breve de la historia de la ciencia médica revela que, en un tiempo, la creencia convencional sugería que una persona estaba muerta cuando la respiración cesaba. Se pensaba que el “aliento de vida” había salido de la persona, causando su “muerte”. Mientras la ciencia médica avanzaba, se determinó que el corazón de una persona podía seguir latiendo aunque la persona hubiera dejado de respirar. Tal persona realmente no había muerto, así que la resucitación de “boca a boca” podía permitir que la persona comenzara a respirar nuevamente. En ese tiempo de entendimiento médico, se pensaba que cuando el corazón dejaba de latir (lo cual se determinaba al poner el oído en el pecho de alguien), la persona había muerto. Sin embargo, debido a los avances y entendimiento adicional, se determinó que era posible reiniciar el funcionamiento del corazón a través de la resucitación cardiovascular, la compresión de la cavidad torácica, la inyección de medicamentos fuertes directamente en el corazón, el masaje directo al corazón y finalmente la desfibrilación, por la cual se transmite una descarga eléctrica al corazón. Ahora se asocia la definición de “muerte” generalmente con la cesación de la actividad del cerebro. La “línea plana” del monitor que representa los signos vitales indica la muerte o la proximidad a la muerte (Farlex, s.d.). Esto puede hacer referencia a la actividad del corazón o del cerebro, o de ambos, dependiendo del que use la expresión.

¿Tiene algún enfoque la Palabra infalible de Dios en cuanto a este tema? Sí. La Biblia enseña que en la concepción Dios coloca en cada persona prenatal un espíritu que hace de cada individuo una personalidad única que sobrevivirá a la muerte física, viviendo inmortalmente a través de la eternidad (Zacarías 12:1). A la muerte, ese espíritu se separa del cuerpo, y existe en una condición consciente en el reino espiritual (1 Samuel 28:15; Lucas 16:19-31). Santiago 2:26 provee una definición precisa y técnica de la muerte: “[E]l cuerpo sin espíritu está muerto”. En otras palabras, la separación del espíritu y del cuerpo de alguien da como resultado la muerte, i.e., muerte del cuerpo, no del espíritu. Así que la Biblia define la “muerte” física como separación—no “extinción” o “aniquilación” (Thayer, 1901, p. 282; Vine, 1940, p. 276). Una vez que el espíritu de una persona sale del cuerpo, tal persona está “muerta” (Génesis 35:18; 1 Reyes 17:21-22). Sin duda la ciencia nunca desarrollará una prueba para confirmar cuándo el espíritu deja el cuerpo. Después de todo, “un espíritu no tiene carne ni huesos” (Lucas 24:39).

Para que el cuerpo de una persona llegue a vivir otra vez, el espíritu debe regresar a él. El término que la Biblia usa para hacer referencia a tal suceso es “resurrección”. La única manera en que la resurrección puede ocurrir es por medio de la intervención sobrenatural de alguien que tiene la autoridad y poder de Dios para causar milagrosamente que el espíritu regrese al cuerpo. Los ejemplos de personas muertas en la historia bíblica cuyos espíritus regresaron a sus cuerpos incluyen los siguientes:

  1. Cuando el hijo de la viuda de Sarepta se enfermó y murió, el profeta Elías pidió a Dios que hiciera volver el alma del niño (1 Reyes 17:21). Dios concedió el requerimiento y permitió que el alma del niño regresara a su cuerpo.
  2. Eliseo restauró la vida del hijo de la mujer sunamita, quien había muerto después de tener un dolor de cabeza severo—tal vez hemorragia cerebral (2 Reyes 4).
  3. Después que Lázaro murió, su cuerpo llegó a estar en un estado de decadencia avanzado cuando Jesús llegó a la escena cuatro días después para resucitarle. Él hizo regresar el espíritu de Lázaro a su cuerpo con las siguientes palabras: “¡Lázaro, ven fuera!” (Juan 11:43).
  4. Entre los eventos sobrenaturales que sucedieron para la muerte de Cristo en la cruz, “el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron; y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos” (Mateo 27:51-53). Solamente Dios pudo haber hecho regresar los espíritus de esas personas del reino del hades y hacerlos ingresar nuevamente a sus cuerpos sepultados.
  5. Cuando Tabita/Dorcas se enfermó y murió en el pueblo de Jope, su cuerpo fue lavado y se le colocó en un aposento. El apóstol Pedro estaba en Lidia en ese momento, así que se le fue a buscar para que viniera pronto a Jope. Al llegar, Pedro sacó del lugar a aquellos que lloraban, y “se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó” (Hechos 9:40).

Tales sucesos fueron peculiares, e implican que las personas resucitadas murieron otra vez (excepto Jesús—Hechos 13:34; Romanos 6:9; cf. Enoc [Génesis 5:24; Hebreos 11:5] y Elías [2 Reyes 2:11]). En cada caso, se requirió un milagro para restaurar el espíritu separado del cuerpo de la persona. Los milagros tuvieron un propósito específico en los tiempos bíblicos—un propósito que ya no es necesario (Miller, 2003). Ya que hoy Dios ha escogido no realizar milagros (1 Corintios 13:8-11; Efesios 4:8-13), y no sucederán resurrecciones hasta la resurrección general final (Juan 5:25-29; Lucas 14:14; 1 Corintios 15:12et.seq.), entonces no existe tal cosa como una “experiencia fuera del cuerpo”.

Pero entonces, ¿cómo se explica los numerosos reportes de túneles, luces y sentimientos cálidos? La mente es una maravilla increíble que Dios diseñó, y es capaz de realizar más de lo que sabemos o comprendemos. Cuando se aplica anestesia al sistema de respiración y al torrente sanguíneo para prevenir la sensación de dolor, causando que el paciente llegue a estar inconsciente, las partes perceptoras del cuerpo (i.e., la vista, la audición) continúan funcionando. La mente todavía está oyendo lo que se dice en la sala de operación, independientemente de que la persona recuerde cualquier conversación. Los sensores de temperatura y otros sensores corporales todavía están operando. Adicionalmente, se debe considerar la capacidad de la mente de tener sueños vívidos. Estas y otras características de la mente y el cuerpo pueden explicar adecuadamente las declaraciones infundadas de “experiencias fuera del cuerpo”.

Algo más, si tales experiencias realmente son auténticas, ¿por qué no se oye reportes de aquellos que “experimentan” un encuentro con el fuego del infierno o el hades (cf. Lucas 16:23et.seq.)? ¿Dónde están los relatos de personas que son advertidas para corregir su comportamiento y tener vidas santas—como Pablo amonestó a Tito: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente” (Tito 2:11-12)? Para los que están familiarizados con la influencia estabilizadora de la Biblia, tales supuestas experiencias no son significativas y no proveen ayuda para evaluar el significado y el propósito de la vida en vista de la eternidad.

Referencias

Farlex (sine data), El Diccionario Gratis [The Free Dictionary], http://www.thefreedictionary.com/flatlining.

Miller, Dave (2003), “Los Milagros, el Don de Lenguas y el Bautismo del Espíritu Santo Modernos: Una Refutación” [“Modern-Day Miracles, Tongue-Speaking, and Holy Spirit Baptism: A Refutation”], Apologetics Press, http://www.apologeticspress.org/APContent.aspx?category=11&article=1399&topic=293.

Miller, Dave (2005), “El Más Allá y la Biblia” [“Afterlife and the Bible”], Apologetics Press, http://www.apologeticspress.org/apcontent.aspx?category=11&article=1478.

Thayer, J.H. (1901), Un Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento [A Greek-English Lexicon of the New Testament] (Grand Rapids, MI: Baker).

Vine, W.E. (1966), Un Diccionario Expositivo de Palabras del Nuevo Testamento [An Expository Dictionary of New Testament Words] (Old Tappan, NJ: Revell).