Servir a Dios en Vez de a los Hombres

Lectura bíblica recomendada: Marcos 7:1-8

Introducción

A. Aunque Jesús buscó servir a la gente alrededor de Él, también clarificó que Su propósito fundamental era agradar al Padre que Le había enviado.

B. Algunos piensan que están sirviendo a Dios; sin embargo, están trabajando en contra de Él (Juan 16:2-3; Hechos 26:9).

C. Debemos asegurarnos de que Dios sea a Quien sirvamos.

Exposición

I. Los fariseos observaban las manos limpias; Jesús observaba los corazones limpios.

A. El lavamiento de las manos y de los platos eran tradiciones que los fariseos habían honrado por mucho tiempo (Marcos 7:3; cf. Juan 2:6).

B. Aunque los fariseos veían manos limpias, Jesús veía corazones contaminados (Marcos 7:6-7; cf. 1 Samuel 16:7).

C. Jesús puede limpiar nuestros corazones (Hechos 15:9; 1 Pedro 1:22-23).

II. Ellos honraban las tradiciones humanas; Jesús honraba las tradiciones del Cielo.

A. Jesús clarificó a los fariseos que Él no tenía que darles cuenta a ellos (Marcos 7:1-13; cf. Juan 6:38).

B. Jesús ignoró abiertamente las tradiciones judías, como las que se relacionaban al ayuno (Marcos 2:18-20; cf. Mateo 11:19) y la observación del día de reposo (Marcos 2:24-3:5).

C. Las únicas tradiciones que valen la pena guardar son aquellas que vienen de Dios (Marcos 1:9-11; 7:9-13; 11:27-33).

III. A ellos les interesaba lo que entraba al hombre; a Jesús Le interesaba lo que salía del hombre.

A. Les preocupaba las impurezas externas que podían contaminarles (Mateo 23:24-26).

B. A Jesús Le preocupaba la inmundicia que procedía del interior de ellos (Mateo 23:14,23-28; Marcos 7:15-23).

Conclusión

A. Como fariseo (Hechos 26:5), Pablo había llegado a ser esclavo de los hombres y las tradiciones humanas, pero luego llegó a ser siervo de Jesucristo (Gálatas 1:10).

B. Para ser la clase de siervos que debemos ser para aquellos que nos necesitan, no debemos someternos a la voluntad de los hombres, sino de Dios.