Lecciones del Sinaí

Lectura bíblica recomendada: Éxodo 19:10-20

Introducción

A. Aunque Dios realmente quiere que Sus hijos se acerquen a Él, nosotros debemos ser santos para llegar a Su presencia.

B. ¿Qué otras lecciones podemos aprender del Monte Sinaí?

Exposición

I. Aprendemos que debemos considerar seriamente la Palabra de Dios.

A. Su Palabra provocó gran temor en Israel (Éxodo 19:16-18; 20:18; Hebreos 12:19-21,26).

B. Se siguió el patrón detallado de Dios al pie de la letra (Éxodo 25:40; 40:16-32; 36:2-7; Hebreos 8:4-5).

C. Se escribió la Ley en piedra y se la guardó de manera segura (Éxodo 25:21; cf. Mateo 24:35).

D. El pueblo confirmó la Ley, y la sangre la ratificó (Éxodo 19:8; 24:3,7-8; Hebreos 9:19).

E. Aunque la Palabra de Dios puede producir temor, nunca debemos rechazarla (Hebreos 12:5-11,19,25-26; 4:12-13).

II. Aprendemos que Dios atesora a Sus hijos.

A. Él conoce sus nombres (Éxodo 32:32-33; Hebreos 12:23).

B. Lo primero pertenece a Él (Éxodo 13:2; Hebreos 12:23).

C. Ellos eran Su tesoro especial (Éxodo 19:5-6; 1 Pedro 2:9).

D. Habían sido consagrados por medio de la sangre (Éxodo 24:8; Hebreos 9:22; 12:24; Mateo 26:28; 1 Pedro 1:18-19).

III. Aprendemos que el Nuevo Pacto es mucho mejor que el Antiguo Pacto.

A. Tenemos un mejor Legislador (Hebreos 3:3-6).

B. Tenemos un mejor Sumo Sacerdote (Hebreos 4:15; 5:3; 7:25).

C. Tenemos un mejor tabernáculo (Hebreos 8:2-5; Mateo 16:18).

D. Tenemos un mejor sacrificio (Hebreos 9:24-10:6).

E. Tenemos mejores promesas (Hebreos 8:1-6; 9:15).

Conclusión

Incluso en los relámpagos y el humo que envolvía al Sinaí, podemos ver el gran amor de Dios por Sus hijos—un amor que debería provocar el más grande amor de nosotros para Él.