La Visión de Dios

Lectura bíblica recomendada: Jeremías 29:11

Introducción

A. Queremos enfocarnos en la visión de Dios como un modelo para la nuestra.

B. Muchas historias de éxito involucran dificultades y fallas.

C. Las características de un buen modelo para seguir incluyen la moralidad, la confianza, el trabajo arduo, la actitud respetuosa y el optimismo.

D. El contexto de Jeremías 29 tiene que ver con la cautividad del pueblo de Dios en Babilonia.

Exposición

I. La visión requiere enfoque.

A. Dios sabe lo que quiere para nosotros (“yo sé los pensamientos que tengo”).

1. No hay tinieblas en Él (1 Juan 1:5).

2. Su conocimiento se extiende al mismo corazón del hombre (Lucas 16:15; Hechos 1:24; 15:8).

3. Nosotros no podemos tener Su nivel de conocimiento, pero debemos determinar lo que queremos.

B. Su visión tenía dirección; estaba enfocada (“acerca de vosotros”).

1. No hay mudanza, ni sombra de variación en Dios (Santiago 1:17).

2. Él siempre es el mismo (Malaquías 3:6).

3. Se puede ver el amor de Dios para el hombre desde el principio (Génesis 1:26-31).

4. Se puede ver claramente Su amor en el plan para redimir al hombre (Juan 3:16).

5. Nuestra visión se debe enfocar en Aquel que nos ama tanto.

II. Siempre la visión es para lo mejor.

A. Dios quiere lo mejor para nosotros (“pensamientos de paz, y no de mal”).

B. Él quiere que todos sean salvos (1 Timoteo 2:3-4; 2 Pedro 3:9).

C. Nos da cosas para disfrutarlas (1 Timoteo 6:17).

D. Nos da aliento en cuanto al tiempo del fin (1 Tesalonicenses 4:18).

E. Nuestra visión para nosotros mismos, nuestras familias y la iglesia es para lo mejor.

III. La visión mira hacia el futuro.

A. La visión de Dios fue para el futuro (“para daros el fin que esperáis”).

B. Este mundo pasa (Mateo 24:35).

C. Mi visión debería ser en cuanto a la eternidad, no en cuanto a esta tierra (Mateo 6:19-21).

Conclusión

“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” (Colosenses 3:1-2).