¿Es Correcto el Entretenimiento en la Adoración?

Pregunta:

“He notado que el servicio de adoración de algunas iglesias se enfoca en el entretenimiento de sus miembros. Algunos religiosos incluso demandan que la adoración sea entretenida para no aburrir a las visitantes. ¿Cuál es el enfoque bíblico sobre este tema?”.

Respuesta:

No hay duda que el hombre conocido como Neil Postman describió problemas serios en la cultura moderna en su libro perspicaz escrito en 1985, Entreteniéndonos Hasta el Extremo. Su tesis fue que la televisión y el entretenimiento han reestructurado el discurso público a tal extensión que ya no existe el discurso reflexivo. La campaña publicitaria de la “empresa del espectáculo” ha afectado la publicidad, la política y la religión. La conclusión de Postman fue que ninguno de esos cambios ha contribuido al mejoramiento de la sociedad.

En nuestra cultura que se enfoca en el entretenimiento, muchas iglesias están tratando de “adelantarse” por medio de más y más adiciones a su adoración. Lo que comenzó como una representación esporádica de un coro ahora ha llegado a convertirse en una orquestra completa con solistas profesionales. Se requiere una producción artística completa para una sola lectura dramática. Y con tal que los que vengan a adorar disfruten lo que se ofrece, se permite cualquier cosa. Se espera que los sermones sean más cortos, más graciosos y más estimulantes. Se debe descartar cualquier cosa aburrida en la adoración que no pueda “animar”, y se nos hace creer que no hay nada peor que el aburrimiento.

El problema con este enfoque del entretenimiento es que se ha olvidado el mismo objeto de la adoración. Dios es la “audiencia” en la adoración. Jesús dijo a la mujer samaritana que Dios no acepta la adoración ignorante, incluso si es sincera y agradable. “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:24). Adorar a Dios en espíritu y en verdad significa que la adoración debe ser de corazón, no simplemente de actos externos, sino debe realizarse en obediencia exacta a los mandamientos de Dios. Se debe dirigir la adoración a Dios, no al capricho de los adoradores.

Las regulaciones de Dios para la adoración en el Nuevo Testamento no son aburridas o pasadas de moda. Estas se enfocan en Dios, mientras el entretenimiento se enfoca en el hombre.

La relación cultural es importante—por ende muchas iglesias implementan tecnología moderna como sistemas de proyección para enfatizar los sermones. Y no existe nada malo en que el adorador disfrute de la adoración. Dios quiso que la adoración fuera una bendición para Sus hijos. Pero cuando la adoración se convierte simplemente en un medio para el entretenimiento, no puede agradar a Dios. El apóstol advirtió, “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios” (2 Juan 9). Pablo condenó las cosas que “tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario” (Colosenses 2:23). El “culto voluntario” es la adoración modelada según los deseos del hombre.

Referencia

Postman, Neil (1985), Entreteniéndonos Hasta el Extremo [Amusing Ourselves to Death] (Nueva York: Viking Penguin).