El Ruego de la Restauración

Se ha enseñado en los Estados Unidos “El Ruego de la Restauración” por dos siglos, pero muchos en esta generación no lo han escuchado. Este ruego declara:

Hablemos donde la Biblia habla y callemos donde la Biblia calla. Llamemos a las cosas bíblicas por sus nombres bíblicos y hagamos cosas bíblicas de la manera bíblica. Restauremos la iglesia como lo fue en el tiempo de los apóstoles.

Cuando se habla del ruego de la restauración, se implica cuatro cosas.

1. El ruego de la restauración implica que Dios tiene un plano para la iglesia.

En el sótano de la casa más grande de Norteamérica, la mansión Biltmore en Carolina del Norte, hay un modelo de la estructura. Primero se terminó el modelo como una guía para construir la casa. En Barcelona, España, puede visitar la iglesia Sagrada Familia que todavía no está terminada. Se ha estado trabajando en ese edificio por más de un siglo. Tienen un modelo de la manera en que lucirá el edificio cuando esté terminado.

El ruego de la restauración implica que Dios tiene un plano para la iglesia, el cual ha revelado al hombre (Isaías 2:2-4; Daniel 2:44; Efesios 3:10-11).

Dios siempre ha tenido un patrón. Considere:

  • El arca de Noé (Génesis 6:22; 7:5);
  • El tabernáculo (Éxodo 25:8-9);
  • El templo (1 Crónicas 28:11-19);
  • Los muros de Jericó (Josué 6; Hebreos 11:30);
  • La limpieza de Naamán (2 Reyes 5:1-14).

Isaías profetizó acerca del reino venidero, mostrando que Dios ya había hecho planes para la iglesia algo de siete siglos antes que existiera. Él dijo:

Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová. Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra (Isaías 2:2-4).

Note que Isaías dijo que Dios nos “enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas”. Jesús envió a Sus apóstoles a enseñar ese camino (Marcos 16:15-16). Ya que los primeros cristianos “perseveraban en la doctrina de los apóstoles” (Hechos 2:42; cf. 4:32), sabemos que los mensajeros de Dios entregaron el plan de Dios a los cristianos antiguos. Así como la plenitud de Dios está en Cristo (Colosenses 1:19; 2:9), y Dios no tiene planes de salvación para el mundo fuera de Cristo (Juan 14:6; Hechos 4:12), la iglesia es la plenitud de Cristo, y Cristo no tiene planes para el mundo fuera de Su iglesia (Efesios 3:21).

2. El ruego de la restauración implica que Dios espera que continuemos siguiendo Su plano.

El ruego de la restauración implica que Dios quiere que continuemos siguiendo Su plano en cada generación subsiguiente. Pablo escribió: “Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros” (2 Timoteo 2:2). Dios quiere que se siga Su patrón siglo tras siglo.

La Biblia enfatiza los patrones. Al construir el tabernáculo, Dios advirtió a Moisés que debía hacerlo “conforme al modelo que [le había] sido mostrado en el monte” (Éxodo 25:40; Hebreos 8:5). Pablo habló de “la forma de las sanas palabras” (2 Timoteo 1:13) que se enseñó a los cristianos antiguos, lo cual debían guardar (2 Timoteo 3:14). Esos cristianos obedecieron la “forma” de la doctrina (Romanos 6:17-18) y “marcaron” a los que se desviaban del patrón (Romanos 16:17). Cuando se trataba de la doctrina del Nuevo Testamento, ellos contendían ardientemente por la fe (Judas 3), eran advertidos a no desviarse de la fe (cf. 2 Tesalonicenses 2:3; 1 Timoteo 4:1-3; 2 Timoteo 4:1-4) y “no pensar más de lo que está escrito” (1 Corintios 4:6). Se mandó a cada generación a no enseñar una “diferente doctrina” (1 Timoteo 1:3).

Hay muchas advertencias en el Nuevo Testamento en contra de ir más allá de las enseñanzas de Cristo (Mateo 15:13; 2 Corintios 11:3; Gálatas 1:6-9; Apocalipsis 22:18-19). Juan dijo explícitamente:

Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras (2 Juan 1:9-11).

3. El ruego de la restauración implica que el hombre ha dejado el patrón de Dios.

Al llegar a ser demasiado familiar, un producto puede perder su distinción. La Asociación de Marca Registrada llama a esto “genericidio”. Marlin Connelly comentó que “la gente piensa que todos los papeles faciales se llaman Kleenex, que todas las cintas adhesivas son cinta Scotch, y que todas las bebidas carbonadas son Coca Cola”.

Esto ha pasado con las palabras “cristiano” y “cristianismo”. Lo que una vez eran términos para un producto definitivo, ahora se usa para cualquier religiosidad vaga conectada remotamente a Cristo. En las mentes de algunos, el código ético rígido del Nuevo Testamento ahora es vago e incluyente. Las doctrinas que en el tiempo del Nuevo Testamento eran blancas o negras, ahora son grises y oscuras. Las prácticas que fueron entonces mandadas ahora son opcionales. Por ejemplo, el libro de credo de una denominación protestante principal declara:

Es muy probable que en el tiempo apostólico cuando había “solo un Señor, una fe y un bautismo”, y no denominaciones diferentes, el bautismo de un convertido le constituyera miembro de la iglesia por el mismo acto, y le concediera a la vez todos los derechos y privilegios de una membresía completa. En ese sentido, “el bautismo era la entrada a la iglesia”. Ahora, esto es diferente.[1]

¿Cuál es la diferencia hoy? Dios no ha cambiado Su forma de pensar. Los hombres han usurpado la autoridad que no les pertenece, y han cambiado la iglesia de Cristo en algo diferente a Su propósito. Sin duda, Dios quiere que regresemos a Su plan original para la iglesia.

4. El ruego de la restauración implica que Dios quiere que hoy la gente restaure Su patrón original.

Hace mucho tiempo atrás, el profeta de Dios instó como lo hacemos hoy: “Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma” (Jeremías 6:16). Vayamos entre nuestros prójimos con una Biblia abierta y ayudémosles a regresar a las sendas antiguas.

[1] Hiscox, Edward (1890) El Manual Estándar para las Iglesias Bautistas [The Standard Manual for Baptist Churches] (Philadelphia, PA: American Baptist), p. 22.