Alma y Espíritu—¿Cuál Es la Diferencia?

No hay respuesta sencilla para esta pregunta ya que se emplea las palabras “alma” y “espíritu” en varios sentidos en los contextos bíblicos en que aparecen.

EL ALMA

El término hebreo para “alma” es nepesh, que se encuentra más de 780 veces en el Antiguo Testamento. Debido a la variedad de significados contextuales, no siempre se lo traduce como “alma”. Por ende, nepesh significa cosas diferentes, dependiendo del pasaje en que aparece.

De manera similar, la palabra griega original para “alma” en el Nuevo Testamento es psuque, que se encuentra 103 veces en el texto. Nuestra palabra moderna “psicología” viene de este término griego.

Aquí hay un resumen breve de algunos de los usos de “alma” en las Escrituras.

Una Persona

“Alma” puede hacer referencia simplemente a una persona. El profeta Ezequiel declaró que el “alma” (i.e., la persona) que pecare, moriría (Ezequiel 18:20). En el Nuevo Testamento, Pedro escribió que “ocho personas [psuque]” fueron salvas por agua en el tiempo de Noé (1 Pedro 3:20). También vea Éxodo 1:5.

La Vida

En algunos contextos, “alma” simplemente hace referencia a la vida biológica, la esencia de vida que es común entre humanos y animales. Todas las criaturas tienen “vida” (vea Génesis 1:30). El rey impío Herodes el Grande trató de quitar la “vida” del Bebé Jesús (Mateo 2:20; cf. Apocalipsis 12:11). En una visión del Apocalipsis, se dice que ciertas criaturas del mar poseen psuque, o vida (8:9).

La Mente

 “Alma” puede estar relacionada al aspecto del hombre que se caracteriza por lo intelectual y emocional (Job 30:16). Es el componente eterno del hombre que es hecho a la misma imagen de Dios (Génesis 1:26) y que puede existir independientemente del cuerpo físico (Mateo 10:28; Apocalipsis 6:9).

EL ESPÍRITU

En el Antiguo Testamento, “espíritu” es rûaj, y se encuentra 378 veces en el texto, teniendo el significado literal de “aliento”, “viento”, etc. El término griego correspondiente es pneuma, que aparece 379 veces en el Nuevo Testamento; de este término se deriva nuestra palabra “neumonía”. Así como en el caso de “alma”, “espíritu” puede tener diferentes sentidos, dependiendo del marco contextual.

El Aire que Respiramos

Rûaj puede denotar literalmente el “aliento” de una persona. La reina de Sabá se quedó “asombrada [sin aliento]” cuando vio el esplendor del reino de Salomón (vea 1 Reyes 10:4-5). Esta palabra también puede significar “viento”. Por ejemplo, las personas que persiguen metas vacías, es como si estuvieran corriendo tras el “viento” (Eclesiastés 1:14,17 LBLA, traducido como “aflicción de espíritu” en la RVR60).

El Ser que No Es Físico

Sin embargo, se puede emplear el término “espíritu” en un sentido superior. Se usa para describir la naturaleza del ser inmaterial (e.g., a Dios). En cuanto a Su esencia, Dios (el Padre) es espíritu (Juan 4:24), i.e., no es un ser material o físico (Mateo 16:17; Lucas 24:39; cf. también la expresión “Espíritu Santo”). De manera similar, los ángeles tienen naturaleza espiritual—aunque no son parte de la deidad (Hebreos 1:14).

Una Persona

Se puede usar “espíritu” según la figura de expresión conocida como sinécdoque (una parte por el todo, o viceversa) para designar a una persona. Juan escribió: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo” (1 Juan 4:1, énfasis añadido). Aquí el término “espíritus” hace referencia a los “falsos profetas”.

El Alma

“Espíritu” puede hacer referencia al hombre “interior” (2 Corintios 4:16) que es hecho a la imagen de Dios (Génesis 1:26-27), y por ende, puede ser un sinónimo de “alma”. Un escritor sagrado señaló que la “[l]ámpara de Jehová es el espíritu del hombre” (Proverbios 20:27); esta es una alusión al elemento del hombre que le distingue de las bestias de la Tierra. Daniel afirmó que su “espíritu” estaba “turbado” en medio de su cuerpo (Daniel 7:15), y Pablo señaló que el espíritu del hombre es capaz de “saber” cosas (1 Corintios 2:11). También afirmó que se realiza la disciplina en la iglesia para salvar el “espíritu” del hombre en el día del Señor (1 Corintios 5:5; cf. 1 Corintios 16:18; 2 Corintios 7:1; Santiago 2:26).

La Actitud

Algunas veces “espíritu” hace alusión a la disposición o actitud de la persona, sea mala o buena (e.g., el espíritu de cobardía, etc.—2 Timoteo 1:7, el espíritu afable y apacible—1 Pedro 3:4, o el espíritu de mansedumbre—Gálatas 6:1.

CONCLUSIÓN

Debido a esta investigación breve, llega a ser aparente que el estudiante serio debe examinar las palabras bíblicas en su propio contexto. El contexto puede anular todas las otras consideraciones lingüísticas, e.g., la etimología y el formato gramatical. Si se saca al término bíblico de su contexto original, se le quita su autoridad divina.

Hay algo que se puede concluir extensamente: el estudiante honesto no puede estudiar los usos de “alma” y “espíritu” en los documentos inspirados y luego concluir que los seres humanos son completamente mortales. Sin embargo, esto es lo que los escépticos argumentan, como también algunas religiones (e.g., los Testigos de Jehová y los Adventistas del Séptimo Día).